Bochini
Nombre y apellido: Ricardo Enrique Bochini
Fecha de nacimiento: el 25 de enero de 1954 en la ciudad de Zárate, Provincia de Buenos Aires, Argentina.
Inferiores: Independiente
Fecha de debut y club: Ricardo Bochini debutó en la Primera División del Club Atlético Independiente el 25 de junio de 1972, frente a River Plate. Ese día los Rojos de Avellaneda perdieron 1 a 0 como visitantes
Carrera clubes
Independiente de 1972 hasta su retiro en 1991.
Participaciones en Mundiales
Mundial |
Sede |
Resultado |
Campeón |
Trayectoria
Ricardo Bochini debutó en la Primera División del Club Atlético Independiente el 25 de junio de 1972, frente a River Plate. Ese día los Rojos de Avellaneda perdieron 1 a 0 como visitantes. A partir de ese día Bochini comenzó una extensa campaña que lo depositó en un lugar privilegiado en los corazones de los hinchas rojos. Su último partido profesional lo jugó frente a Estudiantes de La Plata, el 5 de mayo de 1991 y el cotejo terminó igualado 1 a 1. El Maestro, en sus 19 años como jugador profesional de Independiente hizo 97 goles con Independiente en 634 partidos jugados.
Era el clásico número 10 y desempeñó toda su carrera en el Club Atlético Independiente desde 1972 a 1991. Es considerado uno de los futbolistas más talentosos de toda la historia del fútbol argentino. Integró el Seleccionado campeón del mundo en México 1986, aunque sólo disputó unos minutos en la semifinal contra Bélgica.
Debuto en primera división en 1972 en cancha de River Plate cuando el técnico Pedro Dellacha lo hizo entrar a los 74 minutos (tenía en ese momento 18 años). En ese mismo partido, Gustavo Martin, de la subcomision del hincha, le tomaria las primeras fotográfias al astro rojo. Desde entonces comenzó una larga carrera profesional que lo convertiría en ídolo máximo de Independiente, incluyendo varios goles espectaculares como el convertido contra Juventus de Italia en 1973, haciendo paredes con su amigo Daniel Bertoni, que le permitiría a Club Atlético Independiente ganar su primera Copa Intercontinental.
Su característica principal no fue la de ser un goleador, sino la de asistir a sus compañeros con toques sutiles para que estos conviertan. Asi es conocida una jugada en la que estando en clara ocasión de gol "El bocha" da un inesperado pase al lateral, terminando con la pelota rodando hacia la platea oficial. En ese momento el eterno 10 rojo se quedó posando hacia ese sector mientras le cantaba a un plateista. Este incidente haria que la dirigencia le aplique el derecho de admision a este conocido fotografo partidario, para evitar distracciones como estas de la joven promesa de avellaneda. Aún hoy se suelen llamar en el fútbol argentino pases bochinescos a los pases precisos que dejan al delantero mano a mano con el arquero, burlando a toda la defensa. Eso ayudó a convertir en goleadores a una gran cantidad de jugadores que tuvieron la suerte de tenerlo a su lado como Ruiz Moreno, Norberto Outes, Daniel Astegiano, Marcelo Reggiardo, Carlos Alejandro Alfaro Moreno, Martin Félix Ubaldi y Antonio Alzamendi, entre otros.
Sin embargo, el Bocha (apodo cariñoso que le dieron los hinchas de Club Atlético Independiente) también convirtió goles que eran un lujo para la vista y siempre en partidos importantes. Son recordados sus goles a Peñarol en la Copa Libertadores de 1976 (un gol que reeditaría Maradona en México 1986 contra Inglaterra), dos a Fillol de River Plate en la final del Nacional 1978 o a Wirtz de emboquillada en un clásico contra Racing Club. Quizás el gol más querido por los seguidores de Club Atlético Independiente que haya hecho Bochini haya sido el del empate definitivo a 2 contra Talleres como visitante, en la final del Nacional 1977. En ese partido, a su club le expulsaron 3 jugadores y él debió empatar a puro coraje a escasos minutos del fin del partido.
A la final del Campeonato Nacional de 1977, accedieron Club Atlético Independiente y Talleres de Córdoba. El partido de ida se jugó el día 21 de enero de 1978 en Avellaneda y terminó 1 a 1. El resultado parecía favorable a los cordobeses, debido a que definían la serie de local y estaba estipulado que el gol de visitante en caso de igualdad en puntos y diferencia de goles valdría doble, por lo que con empatar 0 a 0 en el partido de vuelta, los albiazules se consagrarían campeones. "-Yo supe que el general Luciano Benjamín Menéndez, que entonces era el gobernador de Córdoba, estaba muy interesado en que Talleres saliera campeón. Y ese partido fue muy raro, muy raro…" dijo tiempo después el principal protagonista de aquella noche, el “Bocha” Bochini. El Rojo empezó ganando uno a cero con gol de Outes; pero a los 15’ del segundo tiempo, el árbitro Barreiro cobró un dudoso penal a favor de Talleres que convirtió en gol Cherini. A los 29’ todos los intereses en juego se hicieron más palpables cuando Bocanelli convierte un gol que de dudoso no tenía nada, impactando la pelota sin la mínima sutileza con su puño, lo que motivó que los jugadores de Independiente protestaran: -Tengo dos hijos y esto me da vergüenza. Écheme-, dijo el capitán del equipo, Rubén Galván. Barreiro le sacó la tarjeta roja. -Esto es una usurpación. ¿Por qué no me echa a mí también?- dijo Omar Larrosa. El árbitro también lo echó. El defensor Enzo Trossero se encargó de decirle de todo a quien esa noche era el encargado de "administrar justicia". Barreiro también lo expulsó, y los simpatizantes del Rojo gritaban: "Ladrones, ladrones, así salen campeones" Quedaron solamente 8 jugadores de Independiente en cancha contra los 11 de Talleres, contra el árbitro Barreiro, y contra el poder político de turno, que no disimuló en ningún momento su simpatía por Talleres. Que lo relate el "Bocha": -A los 38 minutos, Pagnanini me dejó la pelota en el medio de la cancha. Gambeteé a uno, se la toqué a Bertoni, Bertoni se la dio a Biondi, le salió Guibaudo, el arquero de ellos, y Biondi hizo una gambeta larga para sí mismo, levantó la cabeza, me vio y me la tiró. Yo venía a la carrera y, como había dos jugadores de ellos tapando el arco, le pegué bien arriba. Entró ahí nomás, apenas debajo del travesaño", amargando la premeditada fiesta. Aquel 25 de enero de 1978, Ricardo Enrique Bochini cumplió 24 años. Sus compañeros le dedicaron el campeonato. Al faltar 5 minutos sucedió lo imprevisto, lo inesperado: porque el fútbol es, según el recordado Dante Panzeri, “la dinámica de lo impensado”. Entre Bochini y Bertoni gestaron una memorable jugada: doble pared y el Bocha que festeja su cumpleaños gritando un gol.
Participó con éxito en la primera selección que organizó César Luis Menotti previa a la Copa del Mundo 1978, actuando en una gira por la URSS y Polonia en partidos memorables bajo una intensa nevada. Luego de varias lesiones, volvió a ser convocado en una serie de amistosos que se hicieron en el estadio de Boca Juniors. Si bien se dice que Menotti pensaba convocarlo para el equipo del mundial, la prensa presionó para que el convocado fuera Norberto Alonso y así el Bocha quedó afuera de aquel magnífico equipo. Paradójicamente, Alonso quedó lesionado y poco tuvo que ver con la consecución de la primera Copa ganada por Argentina. En 1982, tampoco fue convocado a pesar de estar en su mejor momento. Finalmente y por pedido expreso de Diego Maradona (ya que Bochini era su ídolo), el Bocha fue convocado por Carlos Salvador Bilardo para el mundial de 1986 e incluso pudo jugar unos pocos minutos (el mismísimo Maradona le dijo al Bocha al ingresar éste al campo de juego la famosa frase "Pase Maestro, lo estábamos esperando" y combinaron algunas paredes que desordenaron la defensa rival), ingresando por Jorge Burruchaga cuando faltaban pocos minutos para terminar el partido contra Bélgica.